viernes, 15 de abril de 2011

Análisis personal de la práctica de proyectos en comparación con las mejores prácticas propuestas en el PMBOK


Actualmente, en términos de organización, aunque nuestras acciones se encuentren entrelazadas y posean como objetivo una finalidad en común, si bien es cierto, existe una visión y funcionamiento generalizado referente a la Administración de Proyectos, y ésta nos mantiene inmersos en una aplicación aceptable y muchas veces inconsciente de conceptos y formatos gerenciales, pero no definidos como tales, lo cual propicia una debilidad en la figura de organización centralizada en varios grupos de trabajo, y la cual debe ser fortalecida a razón de parámetros de ordenamiento y tipo.

Generalmente nos encontramos un grupo de expertos técnicos desarrollando las labores propias de nuestra área de competencia, al mismo tiempo que debemos de ejercer control sobre proyectos y las diferentes etapas del ciclo de vida, realizar informes y métricas relacionadas con los mismos y programas en general, efectuar y dar seguimiento a tareas propias de grupos específicos, bajo ningún orden, y además hacer frente a un papel de gestores y en muchas ocasiones y casos, sin el conocimiento fundamental de la administración de proyectos.

La introducción del concepto de buenas prácticas estipuladas y detalladas en la estructura del PMBOK, me ha permitido comprender hasta ahora la importancia de gestionar los proyectos, y sobre todo dilucidar que existe una metodología y orden lógico que define las correctas aplicaciones e implementaciones en los procesos de desarrollo.

Elaborar y justificar los términos de alcance, planificar el desarrollo, gestionar los recursos, evaluar y controlar desde un proceso de inicio hasta un proceso de cierre, liderar equipos de trabajo, manejar los riesgos, gestionar términos de calidad, orientarse al logro de los objetivos, dirigir y fortalecer las comunicaciones entre miembros y clientes; son solo parte de una serie de aspectos que además de incorporar en forma empírica o carente de formalismo al desarrollo de un proyecto, antes debemos de conocer, entender e interiorizar su origen hasta su correcta aplicación.

Las mejores prácticas demuestran toda una implementación esclarecida y ligada a un ordenamiento en función de Áreas de Conocimiento, Grupos de Procesos, Ciclo de Vida, Modelos de Referencia, Calidad, Consolidación de Informaciones, Experiencias y Resultados, cuyo desarrollo debe ser captado y canalizado mediante toda una cultura denominada Administración de Proyectos, y para lo cual en general debemos de permitir su evolución.

A partir de este punto, es cuando tomo conciencia, y canalizo mi entendimiento hacia toda esta figura, de manera que puedo percibir la importancia de tomar su implementación inclusive como un proyecto en sí mismo, definiendo el enfoque, el alcance, los plazos y el presupuesto, así como un plan de control de cambios, y tomando como parte del análisis de factibilidad, el diagnóstico del grado de madurez de la organización en la cual estoy involucrado, e identificar aquellos indicadores que me permitan monitorear el progreso de la figura PMO.

Desarrollar los diferentes procesos de gestión de un proyecto específico, basándome en una guía y modelo reconocido a nivel internacional que realmente demuestre y garantice los parámetros e indicadores necesarios para alcanzar el éxito, es una posibilidad fundamentada en una estandarización y homologación de prácticas aceptable que ahorraría muchos esfuerzos, sin embargo, al no haber una cultura generalizada respecto al ordenamiento organizacional enfocado en la planeación, dirección y control de actividades y recursos, con el fin de lograr objetivos en común y no individualizados; dicho modelo no pasa a ser más que un atractivo que podría únicamente moldear nuestra formación y enriquecimiento personal, y no el conducirnos a gozar de los resultados de su aplicación.

Los diferentes y constantes avances, las necesidades y requerimientos  de una población cambiante e implacable en función de su entorno, y muchas otras demandas; en términos generales  incrementarán de manera significativa el flujo de operaciones en cualquier organización, y por ende la exigencia a los diferentes métodos administrativos implementados para cada caso; en donde integrar los procesos, recursos y alcance, será una tarea fundamental, no de una organización, sino de cada individuo que la conforma, y cada uno de los cuales como mínimo, deberá contar con un conocimiento básico y de aplicación en términos de gerencia, pero que éste sea generalizado y contribuya realmente a la acción de un grupo centralizado de trabajo. 

Ing. Juan Diego Jiménez Palma

(Inspirado en una experiencia personal de una organización descentralizada con conocimientos básicos en administración de proyectos pero sin una fiel y ordenada aplicación de los mismos)

3 comentarios:

  1. Buenos días Diego,

    Concuerdo contigo, es increíble como la cultura de una organización puede influir en la manera en la que se hacen las cosas. Muchas veces uno intenta con todas las fuerzas ir contra la corriente pero las personas no reaccionan. En algunos casos yo creo que el primer proyecto que debemos hacer, cuyo cliente sea la organización, es uno relacionado con la cultura y la apertura al cambio. Esto lo mencionaba Chamoun en su libro, aquellas personas que llevan mucho tiempo haciendo lo mismo se confían y se acomodan en su experiencia, siendo talvez no la mejor manera de hacerlo, hay que motivar el incomodarse para buscar mejores resultados.

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  2. saludos compañero, retomo dos puntos que me parecen importantes,
    como bien lo menciona, en los proyectos se ven involucrados profesionales de diferentes áreas técnicas y en ocasiones es dificil alinear todos los intereses al bien del proyecto. Un empresario de la construcción me comentó que el gerente de proyecto debe, por momentos, olvidar su área técnica y enfocarse en la parte administrativa para hamalgamar las áreas técnicas por el bien del proyecto.
    El otro punto es la resistencia, que nos podemos encontrar en la organización en que trabajemos, a los cambios que podemos visualizar basándonos en el conocimiento que estamos desarrollando. De aquí que nuestra habilidad, manejo y capacidad de mostrar o demostrar las ventajas que la implementación pueda generar en la organización.

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  3. Que tal Diego;

    De verdad que muy revelador tus comentarios. Específicamente en el área del funcionamiento generalizado de la administración de proyectos.
    Es cierto que hay un concepto generalizada con respecto a la Administración de proyectos. Claro, sin una buena organización que soporte este concepto, es iluso pensar que las prácticas del mismo van a darle un mejor funcionamiento a sus proyectos.
    El trabajo independiente puede ayudar a un proyecto pero sin el buen desarrollo de la administración del proyecto para unir y comunicar resultados, puede generar grandes obstáculos.
    Manuel Serrano

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